TALLER DE REFUERZO:
PERIODO 4
GRADOS: NOVENO Y DÉCIMO
ESTUDIANTE……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Lee muy cuidadosa mente y contesta las preguntas correspondientes
Buscar las palabras desconocidas en el diccionario
La genética devuelve la libertad a un preso.
Un texto sorprendente
porque es verídico. El funcionamiento erróneo de la justicia con algunos
tecnicismos útiles para el alumnado. Incluye preguntas y palabras subrayadas
para ser buscadas. La genética ha devuelto la libertad a dos hombres que han
pasado 12 años en la cárcel por un crimen que no cometieron. El caso
Williamson-Fritz pone el número 75 en la lista de personas condenadas a muerte
erróneamente desde la re instauración de la pena capital en EE UU en 1974. El
relato de lo ocurrido no podría mejorarlo ni la imaginación de Raymond
Chandler. Debra Sue Carter tenía 21 años cuando fue secuestrada, violada y
asesinada en una localidad de Oklahoma tan diminuta como su nombre: Ada. El
crimen contaba, además, con algunos elementos que lo transportaron a la prensa
nacional, es decir, la que rara vez refleja fechorías que "sólo"
dejan una víctima mortal. Los periódicos contaron que, antes de ser
estrangulada, la joven había sido sometida a todo tipo devejaciones, y
explicaron con esmero que la policía encontró una botella de salsa de tomate en
sus genitales. Antes de matarla, el asesino había pintado insultos en las
paredes con dicha sustancia. Fue en 1982. Después de varios meses de
investigación, un confidente habitual de la policía local facilitó la información
que buscaban los agentes: había visto a Debra Sue Carter con dos amigos suyos
horas antes de que se cometiera el crimen. Los dos fueron detenidos antes de
que la noticia cruzase el pueblo de parte a parte. Uno era Ronald Williamson,
jugador de béisbol; el otro era Dennis Fritz, profesor en el colegio al que
iban los hijos de quienes se llevaban las manos a la cabeza por la truculencia
del delito. Sentados en el banquillo meses después, los avances científicos de
la época permitieron establecer su culpabilidad con "suma precisión",
se dijo entonces. Expertos forenses determinaron que varios cabellos
encontrados en el lugar del crimen eran similares a los de ambos inculpados. La
comparación de cabellos era el paraíso de la criminología: no había entonces técnica
más puntera ni nadie que refutara su rigor. Al veredicto de culpabilidad le
faltaba sólo un testigo de cargo, y ahí estaba para asumir ese papel el
confidente de la policía que había señalado con el dedo a Williamson y Fritz.
El testimonio del delator, Glen Gore, torció el veredicto en contra de los
acusados y endosó a sus antiguos amigos las peores condenas: cadena perpetua
para Williamson y la muerte en la silla eléctrica para Fritz. Pasaban los años
y ni ellos, ni su familia ni sus abogados aceptaban un veredicto que
consideraban imposible. No tenían historial delictivo y no comprendían cómo
habían ido a parar a prisión. En el caso de Fritz la celda estaba en el
corredor de la muerte. Estuvo a cinco días de ser ejecutado antes de que un
juez dictara un aplazamiento para permitir un último recurso. Por fin, sus
defensores consiguieron reabrir el caso con un argumento: Oklahoma, junto con
Nueva York, es el único Estado que permite volver a investigar un caso si
existen pruebas genéticas posteriores a la emisión del veredicto. Se realizaron
entonces las nuevas pruebas de ADN y el resultado, esta vez sí, era
irrefutable: ni los cabellos eran de los acusados ni el semen en la víctima
pertenecía a los dos hombres que INSTITUCION EDUCATIVA “LA INMACULADA” Teléfono:
7687754t5tieralta Córdoba. E-mail ee_12380700058101@hotmail.com Reconocimiento
Oficial, según Resolución No. 000142 De Junio 27 de 2007- DANE 123807000581
NIT: 812 002 029 – 8 LENGUA CASTELLANA 12 años en la cárcel. El jueves pasado
el jugador de béisbol y el profesor de colegio eran hombres maduros de pelo
blanquecino delante de un juez que pedía perdón por el error y abría la puerta
de su libertad recobrada. No piensan demandar a nadie. Sólo quieren vivir. Pero
la historia guardaba otro giro dramático: los forenses dicen ahora que los
restos de ADN encontrados en la víctima y en la escena del crimen pertenecen en
realidad al confidente de la policía, al hombre que testificó contra dos
personas inocentes, Glen Gore. Convertido en delincuente habitual con el paso
de los años, Gore cumplía una condena en una prisión por robos, secuestros y
amenazas. Y el tercer giro dramático llegó el pasado miércoles: horas después
de que el ADN descubriese el error judicial, Gore se fugó de la cárcel. Un
compañero de celda le había contado que había oído que un periodista de la
cadena NBC estaba detrás de una primicia sobre una falsa acusación en un
antiguo crimen. Fue suficiente para que Gore decidiese poner tierra de por
medio a plena luz del día, sin que los responsables de la cárcel sepan
explicarlo. La historia, sin duda, continuará. Busca en el diccionario las
palabras subrayadas y todas aquellas que no conozcas. Responde a las siguientes
preguntas:
1 ¿Qué fue lo que le
pasó a Debra Sue?
2. ¿Quiénes fueron acusados del delito y por quién?
3. ¿Quién testificó en
el juicio?
4.¿Qué pruebas se
aportaron para demostrar la culpabilidad?
5. ¿Qué condena
recayó sobre los acusados?
6. ¿Quién fue el
verdadero asesino?
7. ¿Cuál fue la reacción de los falsos acusados al ser
declarada su inocencia?
8. ¿Qué pasó con el
verdadero asesino?
9. ¿Cuál es tu
opinión al respecto?
10. ¿Qué opinas de la
pena de muerte?
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